viernes, 2 de noviembre de 2007

LAS ULTIMAS BATALLAS DEL "MATADOR"

Marcelo Salas no requiere de defensas corporativas, de apoyos de sus colegas ni menos de encuestas para justificar su actual presencia en uno de los equipos estelares del fútbol chileno y también en la selección nacional. El "Matador" es hoy, en la evidente etapa final de su carrera, un aporte futbolístico y no, como se ha tratado de hacer ver, simplemente un remedo del brillante jugador que fue años atrás.

Es cierto. El Salas actual no tiene la explosión de antaño, tampoco va a salir airoso de marcas férreas en el área rival (menos aún si son especiales para él) ni menos va a aspirar ganar un mano a mano por obra y gracia de la velocidad de tramos cortos que alguna vez tuvo. No obstante, la actual versión del "Matador" tiene a su favor la sapiencia para buscar los espacios, la inteligencia para saber cómo llegar a la pelota sin grandes esfuerzos y, fundamentalmente, la paciencia incontenible para esperar el momento justo para hacer daño donde más le duele al rival.

A Salas, con eso, hoy le alcanza. En la U en sus sueños de volver al máximo sitial del balompié criollo y en la selección en su afán por clasificar nuevamente a una Copa del Mundo. ¿Y mañana? No se sabe. Puede que no. Incluso puede que finalmente el "Matador" no pueda terminar el proceso "revolucionario" que se pretende hacer en el equipo azul y que tampoco llegue al tramo final de las eliminatorias o al Mundial (si se da el caso).

Pero eso, la verdad, importa bien poco. Tanto el pasado como el futuro de Salas no tienen nada que ver con el presente del delantero y que es, como está dicho, aportativo en la cancha y no solamente fuera de ella.

¿Que Sebastián Pinto lo puede sacar de la titularidad de la U? ¿Que Humberto Suazo puede hacer lo mismo con él en la selección? Por cierto que cabe la posibilidad de que eso ocurra en el corto o mediano plazo. Como el mismo Salas dijo esta semana, cuando él era más joven, hizo lo mismo con otros veteranos. Pero eso es parte de una lógica permanente en el fútbol. No tiene que ver con los años, sino que con la dinámica competitiva que tiene el deporte. Y en esos términos, por lo demás, Salas todavía puede dar más de una batalla, porque pese a que su oferta futbolística puede ser menor a la de Pinto y a la de Suazo en muchos aspectos, en otros aún les saca ventajas claras (¿o acaso alguno de ellos tiene la zurda del "Matador"?).

Salas hay todavía para un rato. Corto o largo, depende de él, de su físico y principalmente de sus motivaciones. Él mismo se dará cuenta, como alguna vez se dieron cuenta otros grandes como Elías Figueroa, Carlos Caszely e Iván Zamorano, cuando es el momento de decir basta.

Pero como eso aún no ocurre, hay que disfrutar de Salas. No saliendo a defenderlo ni menos buscando razones satelitales para justificar su permanencia en los planteles que hoy integra. Simplemente aplaudiendo ese talento que tuvo, que tiene y que va a tener siempre, porque el que nace bueno, nunca se va a pasar al bando contrario.




(Fuente. El Mercurio)

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