martes, 20 de noviembre de 2007

EL REGRESO DEL "MATADOR"

«¡Matador! ¿Dónde estás matador? / ¡Matador! Matador no te vayas» reza una canción del grupo argentino «Los Fabulosos Cadillacs» que sonó en todas las radios de Latinoamérica en los primeros años noventa. Por esa época empezaba a llamar la atención un joven delantero que deslumbró a la afición de la Universidad de Chile. Se llamaba Marcelo Salas y sería mundialmente conocido por «El Matador» debido a su sangre fría en el área y al rebufo del éxito de aquella canción.

Salas tiene ahora 32 años y cuando muchos lo daban por «muerto» para el fútbol ha vuelto a la práctica profesional tras seis meses en dique seco y era convocado a la selección por Marcelo Bielsa. «El Matador» respondió al llamado de la «Roja» y demostró que no está acabado ni mucho menos. Marcó los dos goles con que Chile se llevó un empate muy valioso del estadio Centenario ante Uruguay. «Valoramos su pasado, pero está (en la selección) por su presente», dijo Bielsa.

José Marcelo Salas Melinao nació en Temuco, 670 kilómetros al sur de Santiago de Chile, el 24 de diciembre de 1974. Su primer equipo de aficionados fue el Santos, pero no tardó en llamar la atención de los ojeadores y en 1991 desembarcó en la Universidad de Chile, uno de los más grandes equipos chilenos. Debutó profesionalmente en 1993 y la afición lo bautizó rápidamente como «El Matador». Definidor implacable, veloz y preciso como pocos, tiene también buen pie para participar del juego y asistir a sus compañeros.

Su primera etapa en el equipo universitario fue muy exitosa, logrando dos campeonatos chilenos (1994 y 1995). Alcanzó en 1996 la semifinal de la Libertadores, donde fue eliminado por el argentino River Plate en un encuentro con polémica arbitral. Su actuación en aquellos partidos coperos llamó la atención de los dos grandes argentinos: el mismo River y el Boca Juniors. Finalmente, el conjunto «millonario» se hizo con sus servicios a cambio de dos millones de dólares, cifra inédita por un delantero chileno.

Salas llegó a River con la tarjeta de presentación de sus 74 goles en 110 partidos en la «U» de Chile. Hizo honor a sus antecedentes y rompió el prejuicio que existía con los delanteros chilenos, a los que no les había ido bien en Argentina. Conquistó tres campeonatos argentinos (Apertura 96 y 97, y Clausura 97), y una Supercopa Sudamericana en 1997. Sus actuaciones le valieron ser elegido en 1997 como Mejor Jugador de América.

Salas había debutado con la selección chilena en junio de 1994 ante la argentina de Diego Maradona. El «Matador» entró en la segunda parte y marcó uno de los goles para el empate final 3-3.

Junto al otro gran delantero chileno, Iván Zamorano, formó una temible dupla ofensiva que llevó a la «Roja» a la Copa del Mundo 1998 en Francia. En la gira preparatoria para la cita mundialista francesa, Marcelo Salas vivió una de los acontecimientos más recordados de su carrera: el 11 de febrero de 1998, la «Roja» enfrentó a Inglaterra en el mítico estadio de Wembley ante 65.000 espectadores. Chile ganó 0-2 con dos goles del «Matador». Uno fue un verdadero golazo y el otro fue la conversión de un penalti que le habían hecho al mismo Salas. En el Mundial, Marcelo marcó cuatro tantos (2 a Italia, y uno ante Austria y Brasil), siendo el goleador del equipo chileno.

Su actuación mundialista despertó el interés de varios clubes europeos, haciéndose finalmente con sus servicios el Lazio italiano a cambio de 17,5 millones de dólares. La etapa romana de Salas también fue muy exitosa y su aporte fue fundamental para que el Lazio volviera a los primeros planos. Dos Supercopas italianas (1998 y 2000), una Liga (2000), una Copa Italia (2000), una Recopa de Europa (1999) y una Supercopa de Europa (1999) fueron la cosecha del «Matador».

En 2001, la Juventus pagó 25 millones para llevárselo a Turín, pero en la «Vecchia Signora» la suerte no acompañó al chileno. Una rotura de ligamentos en la rodilla derecha lo mantuvo fuera del campo mucho tiempo. De todas maneras, participó en dos nuevos títulos de Liga (2002 y 2003), y en la obtención de la Supercopa italiana en 2003.

En 2003 regresa en préstamo al River, donde alcanza la final de la Copa Sudamericana, en la que los «millonarios» caen ante el Cienciano de Perú. En 2004 gana el Torneo Clausura argentino.

Al año siguiente Salas vuelve a su primer amor, la Universidad de Chile, con la que alcanza dos finales pero no puede lograr el título. En el Clausura 2005 cae a manos de la Universidad Católica, y en el Apertura 2006 es superado por el Colo Colo.

En 2006, tras quedar Chile sin posibilidades de clasificar para el Mundial de Alemania, Marcelo Salas se retiró de la selección. En el primer semestre de 2007, estuvo alejado de los campos por diferencias con los directivos. Cuando muchos creían que no seguiría jugando, volvió para el Clausura 2007 en gran forma física y se ganó un nuevo llamado para la «Roja».

El «Matador» regresó y marcó los dos tantos ante Uruguay, que lo confirman como máximo anotador histórico de su selección con 37 goles y segundo máximo artillero histórico de las eliminatorias sudamericanas con 18 goles, uno menos que el argentino Hernán Crespo.

Tras el empate en Montevideo, Marcelo Salas aseguró que es «muy autocrítico, cuando no pueda daré un paso al costado sin que me lo digan». Por lo visto, para eso falta mucho.




(Fuente: "lne.es" de España)

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