martes, 7 de octubre de 2003

EL DRAMA DE SALAS ENCIENDE LA POLEMICA

Milovan Mirosevic, en cama desde el viernes por culpa de una amigdalitis, vio por televisión el momento en que Marcelo Salas abandonó la cancha del Monumental de River cuando apenas corrían dos minutos del duelo entre River Plate y Olimpo. Tan preocupado quedó el volante de Racing, que no dudó en llamar por teléfono el mismo domingo en la noche a su compañero de Selección.

“Yo había conversado con él antes de este fin de semana, pero lo llamé otra vez porque lo vi mal. Creo que todos quedamos muy preocupados. Y la verdad es que anímicamente lo encontré bastante afectado. Me dijo que no se explica lo que le está pasando. Estaba muy triste y no puede ser de otra forma, según como se dieron las cosas. Entra a jugar y en la primera pelota del partido, cuando todavía no va nada, se lesiona. No pudo ser peor”, estimó el Milo sobre el tema de moda en Buenos Aires tras la fecha de este fin de semana.

Fernando Gurovich, redactor del diario “Clarín”, no ocultó incluso su asombro. “No conozco ningún caso en los últimos cinco años del fútbol argentino en que alguien se haya salido de un partido en apenas dos minutos. Eso es algo histórico”, sentenció el profesional.

“Entre los compañeros hemos comentado lo mal que lo debe estar pasando y todos lo lamentan por la persona y jugador que es”, agregó Rafael Olarra, defensa de Independiente.

Ayer, los dardos de la prensa trasandina, de inmediato, apuntaron al cuerpo médico de River. Sin embargo, no son pocos los que también piensan que a Salas le ha faltado paciencia para recuperarse completamente.
Leonardo Pelusso, del diario “Popular”, recordó que “varias veces en el club lo pararon cuando él quería jugar. Creo que tanto los médicos como el cuerpo técnico de River lo cuidaron incluso más de lo que él mismo hubiese querido. Él mismo deseaba jugar por Chile cuando todavía no lo podía hacer por River. Entonces se presionó mucho”.

Una vieja gloria de los millonarios como Norberto “Beto” Alonso dijo lo que haría él en una situación como la del Matador: “Si me desgarro y el médico me dice que pare de entrenar por 21 días, yo me tomo 23 ó 24, compruebo que todo esté cicatrizado y vuelvo de manera muy lenta”.

Pero Mirosevic, quien ha hablado con Salas en todo este tiempo, aseguró que el delantero “tenía claro que esta vez debía tomarse el tiempo necesario y estaba decidido a cumplir los plazos. Si jugó, era porque estaba seguro”.

Entonces surgen las voces de quienes ponen acento en el real estado físico y sicológico del atacante. Gurovich alerta que “al margen de las lesiones, Salas no logra disputar dos partidos seguidos y no da una buena imagen de sí, porque entre otras cosas está un poco pasado de peso permanentemente”. El célebre relator Marcelo Araujo insiste en que el Matador no volverá a ser el de antes “hasta que solucione definitivamente sus problemas personales y familiares”. Es más, el locutor pone los pies sobre la tierra. “No pretendo que él sea el de hace diez años porque eso en el fútbol actual es una vida entera, pero Salas tampoco es este jugador que vemos ahora”, advierte.

El debate en Argentina recién comienza y lo más probable es que mañana, cuando se sepan los resultados de los exámenes que le harán hoy, se le dará fuelle nuevamente. Lo cierto es que el delantero de River pierde créditos, al menos en el corto plazo. Así al menos calculó el periodista Mariano Viglia, de la cadena ESPN. “El jugador tiene una ventana de esperanza hacia una completa recuperación porque a esta altura River lo requiere más para el primer semestre de 2004 que para este último tramo de 2003”, apuntó.

Enrique Castañaga, también de “Clarín”, apoyó esa tesis: “El verdadero Salas, esta temporada al menos, no va a aparecer”.




(Fuente: Lun)

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