miércoles, 19 de diciembre de 2007

SINDICO EDWARDS SE DISCULPA CON MARCELO SALAS

SANTIAGO.- El 21 de junio de este año, el que fuera síndico de quiebras de Universidad de Chile, José Manuel Edwards, concedió una entrevista al diario El Mercurio en la que repasaba su gestión al mando del club universitario.

Uno de los aspectos que más repercusiones trajo, fueron sus dichos sobre Marcelo Salas, a quien acusó de evadir las concentraciones, de tener y exigir tratos especiales en los viajes y regímenes de entrenamiento. Lo más fuerte, es que de sus palabras podía desprenderse que había indisciplina institucionalizada, al señalar que "los miércoles se entrenaba después de almuerzo, porque eran los martes de Salas".

El "Matador" dejó el tema en manos de su abogado, Raúl Jélvez, quien días después presentó una querella por injurias contra el ex mandamás de Universidad de Chile.

Casi seis meses después, José Manuel Edwards dio el paso decisivo para ponerle fin al entredicho y le envió sus disculpas a Salas en la carta que reproducimos (arriba) y en la que califica sus propias declaraciones como "poco afortunadas y mal interpretadas".

Edwards tutea a Salas en su misiva, menciona el respeto que existió entre ambos pese a sus públicas diferencias, y agrega que "en la insitución siempre mantuviste un comportamiento y cumplimiento acorde a tus obligaciones como deportista profesional".

Finalmente, el ex síndico de la U autoriza a Marcelo Salas para que le de a la carta "la publicidad que estimes conveniente".


La nota de la polémica

La nota titulada "Todos los jugadores le tenían terror a Salas" fue la que generó la molestia del emblema azul.

Se publicó el jueves 21 de junio de este año en el suplemento Deportes de El Mercurio y generó la inmediata reacción del delantero azul, quien contraatacó en los tribunales.

En la entrevista, el ex síndico Edwards cuenta que entre sus acciones para regular la disciplina del plantel azul estuvo cancelar "permisos para que salieran fuera de Santiago libremente cuando quisieran, que si alguien se sentía mal o estaba lesionado no fuera al entrenamiento. O no ir al Caracol Azul el fin de semana. Eso me lo pedían los jugadores, a través de Gustavo Huerta. Salas, por ejemplo, se quería ir en su vehículo con cuatro o cinco amigos cuando jugábamos en provincias, separados del bus que iba con el resto de los jugadores", dice en la nota.

Añade que "los miércoles se entrenaba después de almuerzo, porque eran los martes de Salas", en alusión a actividades extrafutbolísticas que los jugadores de ese plantel organizaban el segundo día de la semana.

Edwards también se queja de que era mal recibido en el camarín de la U y culpa de ello a Salas y un grupo de futbolistas cercanos a él. "Yo no sabía que había un quinteto hasta que se fueron, no me saludaban. Yo no podía ir al camarín porque había un ambiente que se cortaba con serrucho", señaló el síndico en la citada publicación.



(Fuente: Emol.com)

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