domingo, 16 de diciembre de 2007

CHUNCHOS RECIBIERON GRAN APOYO DE BARRA AZUL, HASTA POKE-MORALES RECIBIO ABRAZO DE KRAMER

Ya eran pasadas las 11.00 en Chuncholandia, cuando se desató la locura y cerca de 1.500 hinchas ataviados con bombos y serpentinas, invadieron la práctica de la "U" como un tsunami en el que el protagonista fue Pedro Morales.

Es que el volante del Bulla fue uno de los más criticados en el guatazo azul del jueves ante el Colo. Más encima, la imagen de Kramer hablándole mientras Morales se acomodaba para chutear un córner, fue el tema de la semana.


Nadie sabe de cuál fuman los chascones por estos días, porque al contrario de lo que se podía esperar, Pokegol fue el más aplaudido de la jornada. Al grito de "Moraaales, Moraaales", la hinchada respaldó al "diez" azul.

Morales se refirió al palabreo que le metió el Kramer en el reciente clásico. "Es lamentable que un barrista esté en la cancha, pero aclaro que no me dijo nada malo", dijo Pedrito.

Agregó que la presencia del chascón "no me incomodó, pero sí me sorprendió".

Consciente que en el primer round el talentoso jugador quedó al debe, explicó que la idea es mejorar, "de todas maneras, la idea es superarnos y dar vuelta el partido. Espero más de mí", concluyó.

Pero más allá del público agradecimiento de los jugadores al banderazo, no todos estaban muy felices. Es que, pese a que se respetó la hora de la "invasión", hubo varios pastelitos que llegaron con el puro envase a la ceremonia y perfumados en THC.


Con los clásicos síntomas de la alergia al polen, es decir, ojitos rojos, aliento a difunto, andar traposo y hablando a tropezones, un lote de hinchas le dio Zuko a los jugadores. Los abrazaban, los empujaban, querían una camiseta, un par de zapatos, un short corto o un cheque de recuerdo.


Incluso, uno casi le hizo un tacle deslizante al Pato Galaz para que no se le arrancara y el Pancho Arrué tuvo que pararle el carro a otro que se estaba subiendo por el chorro.


El gerente deportivo, Jonhy Aswell, tuvo un duro intercambio de palabras con Anarkía, organizador del evento. Sin embargo, Aswell le bajó el cáñamo al tema.

"Lamentablemente esta situación se viene repitiendo hace tiempo. El problema es que se generan disturbios y pueden haber agresiones o lesiones", dijo el paragua, aunque reconoció que "a los jugadores les gusta" y que "la práctica terminó en forma normal".

Luego de esta inyección a la vena de aliento, los jugadores azules quedaron toing para hoy en la tarde. El técnico, Arturo Salah, meterá al Nico Larrondo por el Chelo Díaz en la momiacha, y al medio, Arrué reemplazará a Ángel Rojas.


Matador también aterrizó en camarín


Con muletas y lejitos de los periodistas, Marcelo Salas se arrimó tempranito al Caracol Azul para entregar todo su apoyo y sapiencia milenaria a los cabros del Bulla, que hoy tendrán que saltar al pasto del Nacional para realizar un milagro tan grande como arreglar el Transchantete.


El Matador llegó en su Citroneta 4x4 conducida por su taita, Rosemberg, y luego de que el plantel terminara la breve práctica que duró menos de 45 minutos, el líder, el gurú del Bulla, les mandó el discurso en el camarín en la onda: "Muchachos, la batalla es desigual..."

Para evitar que la prensa lo pudiera apreciar con muletas, atravesaron la camioneta en la puerta del camarín y el Chelo se subió al asiento del copiloto. Desde que supo que tendría que operarse la rodilla, a Marcelo lo atacó una repentina alergia a la prensa.

Por lo mismo, se hicieron los cuchos con el tema y la gravedad de la lesión del Matador y mucho antes de la concentración para el clásico anterior sabían que el ídolo debía operarse. La intervención, que fue llevada adelante con sigilo, se realizó casi simultáneamente con el primer partido con el Colo, cosa que todos estuvieran preocupados del partido.




(Fuente: La Cuarta)

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