El martes recién pasado, mientras sus compañeros enfrentaban a Real Madrid en España, Marcelo Salas aprovechaba la soledad del Monumental de River para acelerar la recuperación de un rebelde desgarro que todavía lo mantiene fuera de combate. Tanto apuro del Matador tenía como principal objetivo demostrarles al cuerpo técnico y especialmente a los médicos que su recuperación era absoluta y que mañana podía actuar algunos partidos contra Quilmes.
Sin embargo, la ilusión de Salas de volver a las canchas duró muy poco. Los doctores no le dieron el alta médica, pese a que la última ecografía demostró que la lesión estaba totalmente cicatrizada, y Manuel Pellegrini, obedeciendo a los especialistas, no incluyó al Matador en la lista de los concentrados para el choque ante los cerveceros.
“Marcelo no tiene el alta médica y en esas condiciones no puede actuar”, fue la recomendación de los doctores al técnico, quien tuvo que pararle el carro al Matador para que no siguiera insistiendo en la posibilidad de jugar sin autorización médica.
Pese a que públicamente el goleador fue muy medido en sus declaraciones -“no seré yo el que me descarte, pero llevo 15 días sin hacer fútbol”, había anticipado durante la semana-, en el seno del plantel eran evidentes las ganas que tenía el chileno por jugar este fin de semana.
Incluso las diferencias en el comportamiento eran notorias con respecto a su compañero y amigo Marcelo Gallardo, quien también se está recuperando de una lesión. Mientras el mediocampista tiene claro que para su retorno aún restan varios días, Salas intentó convencer al cuerpo técnico que estaba para jugar algunos minutos mañana, a la larga sin resultado positivo.
Descartado entonces para el duelo con Quilmes, el Matador aguarda estar al menos en el banco para el compromiso del próximo miércoles, por la séptima fecha, ante Arsenal. “Veremos qué pasa en estos días. De todos modos no queremos apurar a nadie. Si no está contra Arsenal, podrá estar frente a Olimpo, el otro domingo”, apuntó Pellegrini.
Sin embargo, la ilusión de Salas de volver a las canchas duró muy poco. Los doctores no le dieron el alta médica, pese a que la última ecografía demostró que la lesión estaba totalmente cicatrizada, y Manuel Pellegrini, obedeciendo a los especialistas, no incluyó al Matador en la lista de los concentrados para el choque ante los cerveceros.
“Marcelo no tiene el alta médica y en esas condiciones no puede actuar”, fue la recomendación de los doctores al técnico, quien tuvo que pararle el carro al Matador para que no siguiera insistiendo en la posibilidad de jugar sin autorización médica.
Pese a que públicamente el goleador fue muy medido en sus declaraciones -“no seré yo el que me descarte, pero llevo 15 días sin hacer fútbol”, había anticipado durante la semana-, en el seno del plantel eran evidentes las ganas que tenía el chileno por jugar este fin de semana.
Incluso las diferencias en el comportamiento eran notorias con respecto a su compañero y amigo Marcelo Gallardo, quien también se está recuperando de una lesión. Mientras el mediocampista tiene claro que para su retorno aún restan varios días, Salas intentó convencer al cuerpo técnico que estaba para jugar algunos minutos mañana, a la larga sin resultado positivo.
Descartado entonces para el duelo con Quilmes, el Matador aguarda estar al menos en el banco para el compromiso del próximo miércoles, por la séptima fecha, ante Arsenal. “Veremos qué pasa en estos días. De todos modos no queremos apurar a nadie. Si no está contra Arsenal, podrá estar frente a Olimpo, el otro domingo”, apuntó Pellegrini.
(Fuente: Lun)
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